Milagros Zumaeta. Una vez más queda claro que en el país no existe un diálogo consecuente para poder llegar a un acuerdo en beneficio de la población más necesitada. Nuevamente las autoridades demuestran su incapacidad para resolver de la manera más apropiada el delicado tema de la salud pública. Es otra ocasión en que la salud del país se ve afectada por una paralización indefinida que por incapacidad, orgullo o “falta de presupuesto”, ni el ministro, ni el premier ni el mismo presidente de la República, lograron resolver a tiempo, pese a que hace unos meses –supuestamente- habían llegado a un acuerdo con la comunidad médica. Homologación de sueldos, pagos de las AETAS, horarios de trabajo y ahora la renuncia del ministro de Salud, son algunos de los puntos solicitados por la Federación Médica, a los que el gobierno hace caso omiso, pese a existir un acta donde se compromete a solucionar algunas de estas demandas.
El presidente Alan García afirmó que si el Gobierno decide aumentar los sueldos a los médicos, estaría respondiendo de manera “facilista y con temor” ante el reclamo de éstos. El mandatario dio a conocer que, en caso de aumentarse los sueldos a los médicos, entonces no habría recursos para construir por lo menos quince hospitales en todo el país, y aquellos que no trabajan en el aparato público deberán pagar más impuestos. Estos argumentos serían válidos siempre y cuando se estuviera trabajando bajo una política económica y social equitativa y racional, en la que habría más hospitales y postas médicas ubicadas en caseríos, comunidades y distritos que prácticamente permanecen olvidados durante décadas por nuestras autoridades políticas, y donde la presencia médica es prácticamente nula.
El premier Jorge Del Castillo tampoco logró poner punto final a esta situación y se dedicó a exhortar a la Federación Médica a suspender su huelga, por ser una medida “nefasta”. No le quedó más que asumir esa postura, en vez de buscar una solución al problema, a sabiendas que Garrido-Lecca no da más en esta cartera. Del Castillo sólo atinó a dar un paso al costado, ya que según dijo: “no se puede negociar con ellos bajo presión”. Al parecer, olvidó que existe un acuerdo firmado durante los primeros meses del año con este gremio que no se cumplió, y cuyo resultado ahora es la huelga.
En cuanto al ministro de Salud, el hecho de haber firmado un acta solucionando aparentemente la demanda de los médicos hace unos meses, fue sólo una actitud para amenguar la huelga pasada sin preocuparse en buscar una real solución. También realizar sorpresivos operativos a diversos nosocomios para deslindar responsabilidades propias de su sector, demuestra la poca seriedad que tiene para manejar eficazmente su portafolio. Lo cierto es que los médicos han paralizado sus labores en todo el Perú, y Garrido-Lecca no sale a explicar claramente por qué no se puede atender a estas demandas, y la inflación García cada vez se siente más, sobre todo en el rubro de alimentos y la salud.
(Foto: peru.com)
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